jueves, 9 de junio de 2011

Una noche a puro rock y sol...

(Esta entrada la empecé a escribir la semana pasada pero bueno, por problemas de tiempo y conexión a internet no la subí. Aquí va ella, un poco tardía, pero en fin...)

La noche del sábado pasado fue realmente particular. Todo comenzó un par de días antes, cuando nos enteramos que los dueños de la casa en la que vivimos, la iban a necesitar.  Había una situación de festejo, de un cumpleaños en la familia creo, y bueno, iban a necesitar utilizar dichas instalaciones. Obviamente esto ni se charló, demasiado afortunados somos de estar viviendo acá de onda, así que dijimos “Ok, el sábado debemos ver dónde pasamos la noche”. A rockearla, como solemos decir nosotros.

Daba la casualidad de que el sábado, teníamos fecha con Mama Santa en un bar, así que salimos a la tarde con todo el equipo para el show, y ya no regresaríamos a casa hasta el domingo a la tarde.
Poco después de las 23 hs y luego del pitido final que colocaba al Barcelona como campeón  de la  Champions League, con un resultado de 3 a 1 contra el Manchester United, comenzó el show de Mama Santa en el Brewer Irish Tavern, un bar con estilo irlandés, muy bonito de la ciudad de Villalba. El recital estuvo muy bueno, mucha gente, una muy buena vibra de parte del público, y nosotros disfrutando a full de cada momento. Un show memorable.
Luego de tocar, terminamos de desarmar  todo, guardamos en el bar todo nuestro equipamiento con el permiso de su peculiar dueño, el Marqués, y partimos hacia Madrid.

Durante el viaje en colectivo hacia la gran capital, nos inquietó un poco ver que empezaba a llover. Digamos que la lluvia no es un fenómeno meteorológico que suponga tanta peligrosidad, eso todos lo sabemos, pero cuando no sabés dónde vas a pasar la noche, ver que empieza a llover no es algo que pase desapercibido. Por suerte al llegar a nuestro habitual punto de conexión con Madrid, la estación Moncloa, la lluvia ya había cesado.  La noche iba a ser larga, por lo tanto la tomamos con calma y nos dispusimos a buscar un barcito para comer algo. Fuimos a parar a una especie de fast food de un argentino. Un lugar pequeño, donde había bastante gente y que estaba atendido por su propio dueño, Javier, un caradura argento del conurbano bonaerense que te tomaba el pedido, te lo alcanzaba, te cobraba y te chamuyaba. El loco era un show, un ladri que hablaba en todos los idiomas, a lo indio, pero todo el mundo se iba contento con la simpatía del sudamericano y con el tuje roto. Nos comimos un sanguchito cada uno y un porroncito de cerveza “Quilmes” (que no parecía Quilmes ni en pedo) y nos salió como si hubiéramos comido rabas en Puerto Madero más o menos. (Puede ser que esté exagerando un poco, pero en fin… nos salió más caro de lo que esperábamos).

Luego de nuestra cena tardía fue que presenciamos una de las cosas más indignantes que hemos visto desde que estamos acá  (si bien escuchar al turro del fast food hablar en inglés, en italiano y en portugués, con una pronunciación tipo Roberto Quenedy es bastante indignante, lo que pasó después fue mucho peor). Íbamos caminando por una calle y vemos que afuera de un boliche había quilombo. Cuando nos acercamos comprobamos que era lo que sucedía. Una mina de unos veintipico de años, con la camiseta del Barcelona y un pedo atroz, estaba bardeando a un pelado de un metro ochenta por lo menos, en apariencia 3 horas de gimnasio por día y una cara de nazi que daba miedo. La minita le decía huevadas, no escuché bien, pero ponele que le dijera “El Real Madrid se la come, el Barza se la dá”, o algo por el estilo, lo agitaba mientras blandía su camiseta del flamante campeón de la Champion League. El chabón se plantó en posición de pelea y la miraba feo, los amigos de la mina se la llevaron, mientras ésta seguía insultando al pelado. Cinco minutos más tarde, cuando parecía que todo había terminado, vemos que se arma quilombo en la otra esquina, lugar para donde justamente íbamos caminando nosotros. En el camino nos cruzamos de frente al pelado con cara de neo-nazi, con tres amigos más, igual de pelados que él e igual de corpulentos. Iban airosos por la calle, con andar violento. Diez metros más adelante, vemos que había un bulto en el piso, en medio de la calle y nos encontramos con el cuadro menos esperado. La minita con la camiseta del Barza, tirada en el piso con la nariz rota de una patada y chorreando sangre a rolete. El muy hijo de puta la había cagado a palos. Estaba sola la mina, y corrimos a socorrerla. Yo tenía una botella de agua en la mochila y entre todos le lavamos la cara e improvisamos unos tapones para la nariz. Al toque se acercaron unos pibes de una bar de al lado, el chabón de seguridad y lo que creo que era una amiga de la flaca, llorando. Llamaron a la ambulancia y a la policía y al rato se la estaban llevando al hospital.  Cuando se marcha la ambulancia y todo vuelve medianamente a la normalidad, vuelven a aparecer los milicos diciendo que ya habían apresado a los agresores dos cuadras más adelante.
Una locura, yo no lo podía creer. Lo peor de todo es que al otro día, le comentamos de lo sucedido a unos flacos madrileños y nos respondieron que no les parecía nada de otro mundo, que son cosas que suelen suceder cuando de futbol se trata. Lamentable.
Luego de dicho suceso, la noche seguía avanzando y llegamos a la Puerta del Sol, la plaza más importante y representativa de Madrid. En dicho lugar, como probablemente se han enterado por los medios de comunicación, se lleva a cabo una acampada de protesta, organizada por el movimiento 15-M, mediante la cual, se reclaman un montón de cosas y se expresa la disconformidad con un montón de otras, de parte de la gente común, y dirigida hacia el poder. La acampada es popular, ahí mismo te informan acerca de qué es lo qué se reclama, qué se puede hacer para apoyar el movimiento, etc. Lo que era una plaza súper turística cuando llegamos a Madrid, de repente se convirtió en un súper campamento de protesta, lleno de gente y repleto de carteles, pancartas, señales, y todo lo que se te ocurra que tenga un contenido político (o apolítico, mejor dicho). Y bueno, a decir verdad, era el lugar ideal para quedarse a pasar la noche, seamos sinceros. Así fue que, luego de dar varias vueltas a la plaza y enterarme de qué se trataba todo eso, o al menos gran parte de eso, conversando con varios de sus protagonistas, decidí quedarme a dormir en un pequeño sillón individual que encontré por ahí libre, en el sector denominado “biblioteca”, de la acampada de Sol. Pedí permiso a unos flacos que estaban en los sillones aledaños, me lo dieron con mucha amabilidad y, de hecho, me preguntaron “vas a estar cómodo allí?”, y yo, mostrándoles un pedazo de cartón que traía en la mano, tipo esos “cubre-sol” para el parabrisas del auto que te dan en la costa, les digo “flaco, pensaba dormir arriba de esto, así que calculá que este sillón es un lujo para mí…”. Los chabones se rieron y me desearon un buen descanso y que cualquier cosa que necesite les avisara. Unos copados los gallegos. Entonces, ahí nomás me acomodé en el sillón, me tapé con la campera, tapones en los oídos y a dormir. Dos horas y veinte minutos después me despertó un chabón, diciendo que ya era hora de levantarse y, mientras me mostraba un gran escobillón, me dice “arriba, que el día ya comenzó en Sol y que debo barrer donde tú te hallas, hombre”. Y bueno, qué le iba a decir…?

-“No, flaco, la puta madre, dejáme dormir un rato más, mientras barré en el sector de las asambleas, que hasta las 12 no se hace nada…”

No daba, así que le dije “Buen día maestro, bancame un segundo que reacomodo las ideas y me levanto”. Y sí… por lo bajo le dije “la reconcha de tu madre forro, qué te costaba dejarme dormir un toque más”.
En fin, así arrancó mi domingo, en Sol, obnubilado por la organización que tenía esa protesta autoproclamada (hasta había gente que se encargaba de barrer y limpiar apenas arrancado el día), desayuné café con leche en una carpa donde, obviamente, daban de desayunar gratis, y me dispuse a comenzar el día así, habiendo de alguna manera participado en ese movimiento tan importante, informándome acerca de su significado y siendo parte de los cientos, miles de tipos que ahí estaban resistiendo, o al menos, haciendo algo, acampando, aportando su punto de vista, compartiendo ideas...participando.
Pasé la tarde ahí, en Sol, reencontrándome con la muchachada, cada cual había pasado la noche como pudo, durmiendo poco, enterándose de mucho. Comimos unos "bocatas" (sánguches, para los amigos), nos fuimos caminando hasta Plaza España, a tirarnos a dormir un rato la siesta al solcito y a la tardecita emprendimos la retirada hacia la casa en Villalba, donde por primera vez nos encontramos con los dueños de la casa, que nos esperában allí para presentarnos formalmente. Mucho gusto, encantado... muy linda la casa, ,muchísimas gracias. Saludos, despedida y todos adentro. Nueve de la noche.
-Tomamos unos mates?
-Dale... estuve todo el día con ganas de tomar mates.
-Joya, poné el agua...
-... mmm, che estoy reventado, no dormí una mierda...
-Yo tampoco... vamo' a dormir?
-Dale, ya no estamos pa' estos trotes...
Y así fue que luego de una noche a puro rock y Sol, nos reencontramos con nuestras camas. Poco más de 24 horas después... pero, qué 24 horas...!